Primero, los medios de comunicación independientes difundieron los detalles del encuentro con el obispo de Danlí, Honduras, José Antonio Canales y, 16 días después, la visita al arzobispo de Sevilla, España, José Ángel Sains. Las imágenes de monseñor Rolando Álvarez Lagos junto a estos religiosos, que circulan en redes sociales, causaron mucha alegría en Matagalpa, la Diócesis que administra el líder católico nicaragüense.
En la ciudad norteña, las noticias de que el obispo Álvarez se encuentra con «buen semblante, animado y sumergido en sus actividades pastorales» han sido recibidas con entusiasmo entre la feligresía. «No se puede esperar menos de un santo como él, claro que Dios lo protege en todo tiempo y lugar donde esté», expresa doña Patricia, una católica de 51 años.
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La mujer dice que en su hogar «rezaban mucho» por el religioso y admite que «son muy pocos» los matagalpinos que estaban contentos con la noticia de que el obispo Álvarez había sido secuestrado y guardaba prisión en una cárcel del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. «Estuvo ahí por la verdad, ese es su testimonio de vida. Jesús murió por la verdad, nuestro obispo sufrió por la verdad», comenta.
Monseñor Álvarez fue secuestrado el 19 de agosto de 2022. Tras ser recluido de manera ilegal en una casa de Managua, fue trasladado a la cárcel «La Modelo», en Tipitapa, y condenado a más de 26 años de prisión por órdenes de la pareja dictatorial. El religioso se ganó el «odio» del sandinismo cuando se negó a un primer destierro en febrero del año pasado. Al religioso lo enjuiciaron por delitos políticos.
Católicos felices
Mientras estuvo en prisión, el obispo desafió las medidas represivas de Ortega y Murillo. Resistió con valentía las humillaciones y abusos de sus carceleros y los venció con solo negarse al exilio. Fue tal la firmeza del religioso, que el régimen pasó de la súplica a los ataques para hacer que El Vaticano convenciera a monseñor Álvarez de dejar el país por su propia voluntad.
En Matagalpa, el asedio contra el religioso es parte de una lamentable historia controlada por el orteguismo y los locales aseguran que un día solo serán «amargos recuerdos». «Cielos y tierra pasarán, más su palabra nunca… Dios nunca desamparó al obispo, le dio fuerzas y lo convirtió en un testimonio vivo de fe, un hombre que ya tiene su lugar en la historia de la Iglesia. Sus represores fueron humillados», dice don Ariel, un predicador católico de comunidades del norte.
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«Lo que vemos es lo que un día esperamos que pasaría. Dijimos que Dios lo liberaría, no fue Ortega ni Murillo, Dios causó las circunstancias y ahí está el milagro», afirma el religioso. «Siento pesar por la gente que reprime en Nicaragua, recibirán su castigo, porque la recompensa para los justos ahora la estamos viendo», señala.
«Este día (seis de junio del 2024) es un buen día para la fe católica», comenta un miembro de la Pastoral Juvenil de Matagalpa. Aunque le gustaría celebrar públicamente su alegría por monseñor Álvarez, «sabemos que hay rabia en la gente de gobierno y no la vamos a provocar. Ya tienen suficiente con ver a nuestro obispo crecido, orgulloso y muy tranquilo con su testimonio. Compartimos su felicidad y su risa sencilla», expresa el joven, de 19 años.
«Volverá como un grande»
Este jueves, seis de junio, el obispo de la Diócesis de Matagalpa fue visto en la ciudad española de Sevilla. Las fotografías fueron difundidas por el arzobispo José Ángel Sains en su cuenta de X, antes Twitter. «Visita de monseñor Rolando Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí (Nicaragua). Visita de cortesía y de descanso», fue el mensaje que publicó el religioso español, junto a las imágenes de monseñor Álvarez, sonriente y feliz.
Los católicos matagalpinos esperan que el obispo regrese a su diócesis. «Aquí lo esperamos porque sabemos que él volverá como un grande. Un religioso que predicó con el ejemplo y que venció un mal en nuestro país. Rezamos para que la Virgen (María) y el Padre lo mantengan bien siempre», dijo el joven de la Pastoral.
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Desde su exilio, esta es la segunda vez que se ve a monseñor Álvarez en fotos y la tercera información que se recibe de él en libertad. Al día siguiente de haber aterrizado en Roma, el jerarca celebró una misa en una iglesia del Vaticano. Y en mayo pasado, sostuvo un encuentro con monseñor Canales.
«Es una alegría que no cabe en el pecho ver que nuestro valiente obispo está en su vida religiosa, que no pudieron con él y que el diablo no lo pudo doblegar. Me hace sentir orgullo de mi fe, de mi iglesia y de mis sacerdotes. Esperamos que regrese y espero vivir para verlo aquí de nuevo», señala doña Patricia.
«Hace falta su palabra»
Don Ariel, quien debido a la represión contra sacerdotes católicos ha tenido que reducir su trabajo religioso para burlar los arrestos, dice que antes la gente le preguntaba sobre el paradero del obispo Álvarez.
«Todo el mundo estaba preocupado porque estaba en la cárcel. Cuando supimos que salió hubo incertidumbre, aunque también tranquilidad. Esta nueva noticia alegra, pero la gente dice que hay la necesidad de oírlo», expresa el predicador.
«Hace falta oír sus homilías y sus enseñanzas. Nicaragua lo necesita, necesita ese bálsamo de fe de esperanza porque hay mucho sufrimiento y creo que eso no está larg. El Obispo hablará pronto para su pueblo y aquí en Matagalpa, como en todo el país, estamos listos para oírlo», sostuvo.