A solo tres semanas de haberse establecido la época lluviosa en Nicaragua y un mes de haber comenzado la temporada de huracanes de 2024, los primeros aguaceros ya han dejado al descubierto la alta vulnerabilidad en la que viven los nicaragüenses, evidenciada sobre todo el pasado viernes, 28 de junio, cuando tres niños y su padre murieron aterrados tras el colapso de un muro, producto de las lluvias en la capital.
Esa tragedia se registró en el barrio Hialeah, de Managua. Versiones de testigos dan cuenta que un alto muro, que ya estaba en mal estado, colapsó ante la saturación de agua de los suelos donde estaba construido.
La estructura se vino abajo y cayó sobre una humilde vivienda donde estaban los niños Abraham Arróliga García, de 12 años; Jonathan Arróliga García, de 9 años y Dilan Arróliga García, de 8 años; junto con su padre, Mauricio Santiago Arróliga, de 49. Todos perdieron la vida en el acto.
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No es la primera vez que sucede una tragedia similar, principalmente en Managua. El 16 de octubre del 2014, es decir hace casi exactamente 10 años, en una noche lluviosa, en el Barrio 18 de Mayo, de la capital, una extensa pared que dividía una zona residencial y un vecindario de familias menos favorecidas, colapsó y mató a nueve personas, entre ellas varios niños.
Todos los años, se dan inundaciones en zonas bajas, desborde de cauces, y drenaje sanitario que dejan serios daños a la infraestructura vial de la capital. Es un mal que no es resuelto de forma definitiva porque, según el exconcejal de Managua y dirigente liberal Alfredo Gutiérrez, esas tragedias que arrastran dolor y luto a las familias nicaragüenses le deja buenos réditos políticos y económicos al régimen que asume una posición «perversa y mafiosa» ante el problema.
La Alcaldía podría resolver de una vez el problema.
Tras lamentar el trágico suceso donde perdieron la vida los tres niños y su padre del barrio Hialeah, el ex concejal de Managua por el Partido Liberal Independiente (PLI), sostiene que, la Alcaldía capitalina, con un consejo municipal totalmente controlado por la dictadura sandinista, tiene «un problema serio» en cuanto a que otorga permisos de construcción «por favoritismo político» y por eso las empresas o constructores no cumplen con los requisitos de calidad.
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Además, el problema tiene que ver también con la corrupción, según el político liberal, actualmente en el exilio, pues muchas empresas constructoras grandes o pequeñas son del grupo político del régimen y otras «pagan coimas» por tanto no son obligadas a cumplir con los estándares establecidos.
«La Alcaldía debe verificar y dar los permisos de acuerdo con los estándares y no de acuerdo con actos de corrupción y favoritismo político», señala el exconcejal capitalino.
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Asimismo, sugiere que se debe seguir con el proceso de reasentamiento de personas que viven en lugares de alto riesgo, y que no permitan más asentamientos en zonas vulnerables.
Gutiérrez criticó que las autoridades sandinistas tanto nacionales como municipales siguen permitiendo asentamientos en zonas vulnerables por populismo «pero ahí están las consecuencias, con personas fallecidas, así es que, es un tema que hay que retomar para poder brindarle la seguridad que corresponde a estas persona, al tener que removerlas de los sitios que son de altísima vulnerabilidad», sugiere.
Triquiñuelas mafiosas de la dictadura
Tras hacer un recuento de los males que sufre la capital en cada temporada lluviosa, Gutiérrez señala que la vulnerabilidad de Managua tiene que ver con una pésima infraestructura de drenaje y de mitigación de inundaciones.
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Señaló que si llueve un poco, las calles y cauces de Managua se convierten en «grandes ríos», que descienden de diversas partes altas. «Managua cuenta con un pésimo, arcaico y desfasado sistema de drenaje pluvial, la construcción de una enorme cantidad de calles y barrios sin drenaje, los pozos de infiltración que se ubican en la cuenca sur (sin) las dimensiones adecuadas, el diámetro de la tubería del drenaje pluvial, la suciedad en los cauces, todos estos factores generan inundaciones», describió.
Pero, según Gutiérrez, ninguno de esos problemas son resueltos de forma definitiva, porque el régimen se aprovecha de las tragedias.
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Recordó que el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) y la oficina de Alcaldía para la prevención y mitigación de desastres naturales, no actúan porque al final necesitan sacar réditos políticos y económicos al dolor de las familias.
«Lo que pasa es que ellos aprovechan los desastres naturales para poder obtener recursos de la cooperación (internacional), además de eso para hacer populismo y eso va obviamente vinculado al asunto de las visitas que esta gente hace por los diferentes barrios que están inundados, populismo liderado por Fidel Moreno, para perfilarse como un gran defensor en la desgracia de los managuas», denuncia el exconcejal.
Gutiérrez acusó al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo junto con sus autoridades municipales de usar «triquiñuelas mafiosas» en la prevención de los desastres provocados «al no mitigarlos, al no prevenirlos, al no hacer acciones correctivas previas para que esto resulte en grandes flujos de dinero de los cuales se roban una gran cantidad».